Café con un extraño
Idea original de @MARUBV13
Entré a aquel café
distraída y con paso rápido. Un hombre de cabello blanco sostenía un café en
una mano y un croissant en la otra, se detuvo para darme el paso.
Había algo familiar en ese hombre. Tal vez la expresión de
su mirada. Se sentó en una mesa y, después de acomodar con un cuidado extremo
el café y el croissant en la mesa, los empujó lo suficiente para dejar hueco a
un pequeño cuaderno.
-¿Qué le pongo?- La camarera me pilló distraída.
-Perdón, un café con leche fría por favor.
Me volví a mirar de nuevo. Había sacado un pequeño lápiz de
esos que sirven para escribir y para dibujar. El cuaderno parecía tener mucho
que contar por el aspecto de viejo y por lo manido de sus páginas como si
hubiera sido un libro muchas veces releído. Parecía revisar algo en el cuaderno, escribiendo pequeñas marcas en una de sus páginas.
-Aquí tiene.
-Perdón de nuevo - No pude más que sonreír como disculpa
extra y le di un billete para cobrar.
Al recibir el cambio me giré con el café en mi mano para
descubrir que todas las mesas estaban llenas. El hueco que había dejado al
girarme con el café había sido ocupado por una pareja que no tenía intención de
moverse de la barra.
Me estaba mirando. Esa sonrisa tenía que haberla visto en
algún lado. Me hizo un gesto para que me sentara en su mesa. Ni las
circunstancias ni el gesto me permitían rechazar la oferta.
-Puede sentarse, creo que a pesar de todo - Dijo señalando
su trozo de mesa ocupado - Cabe un café y su dueña.
-Muchísimas gracias.
-Perdone mis modales, me llamo Antonio.
-Clara. Y no se disculpe por los modales, son mucho más de
lo que se puede esperar en estos tiempos.
-Siempre hay excepciones - Dijo sonriendo mientras volvía a
su cuaderno.
La hoja por la que estaba abierto tenía una lista. Acababa
de marcar como realizada la penúltima línea. Cerró el cuaderno antes de que
pudiera leer qué ponía.
-¿Sabe esas decisiones difíciles de tomar? ¿Esas que uno
sabe que son importantes y que pueden cambiar el devenir de toda una vida? – Dio
un sorbo al café esperando que yo contestara.
-Sí. No tengo su experiencia pero algo sé al respecto. Nunca
sabe uno si está tomando el camino correcto o no.
-Pues mi nombre viene de una de esas decisiones. Hace muchos
años, mi madre estuvo a punto de morir. Todavía no había nacido yo. Creo que en
aquel entonces mi madre no estaba casada todavía. El hombre que la salvó se
llamaba Antonio y me puso el nombre por él.
-Curioso. Pero no veo dónde está la decisión difícil en ese
caso.
-La decisión la tomó él. Porque salvar a mi madre le costó
la vida. Cada vez que mi madre ha contado la historia ha explicado que ese
hombre parecía saber qué iba a pasar. Y que dudó durante una fracción de
segundo. En esa fracción de segundo decidió que era mejor salvar a mi madre que
salvarse él.
Volvió a abrir el cuaderno pero esta vez para sí,
escribiendo algo que no pude ver.
-Imagine qué hubiera pasado si mi tocayo no hubiera salvado
a mi madre. Yo no habría nacido, no habría hecho mi vida, mi madre no me podría
haber enseñado todo lo que ahora sé, ni me habría dado la educación que ahora
tengo, ni tantas cosas que he podido aportar durante mis años de existencia.
Una decisión de una fracción de segundo hubiera cambiado muchas vidas, no solo
la de mi madre.
Me había olvidado por completo de mi café. Tomé un sorbo con
la mirada baja.
-¿Qué habría hecho yo si hubiera sido ese hombre? ¿Habría
sido capaz de sacrificar mi vida por otra persona? ¿Realmente habría sido una
elección difícil?
-Seguramente hubiera hecho lo mismo que él. El tipo de
persona que se hubiera salvado a sí misma no estaría preguntándose esas cosas.
-A veces no es tan fácil y hay decisiones que están tomadas
mucho tiempo atrás.
En ese instante el tiempo pareció pararse. El estruendo de
la cristalera del bar dejó paso a un mar de cristales empujados por un camión.
Mesas, personas, sillas, tazas, todo volaba a cámara lenta. Noté un empujón y
al girar mi vista pude ver sus ojos mirándome fijamente. En su mirada había
felicidad y dos lágrimas que surcaban su cara arrugada.
Cuando el tiempo volvió a su ritmo habitual, el humo del
camión apenas dejaba ver. Me levanté poco a poco intuyendo dónde estaba
Antonio. El camión lo había empotrado contra la pared del fondo del bar.
Han pasado 5 horas desde el accidente. En medio de la
confusión pude recoger el cuaderno pero todavía no lo he abierto. Los cortes de
los cristales no son más que arañazos grandes. Me da miedo abrir el cuaderno
por lo que pueda contener.
He abierto directamente la última página para ver qué había
escrito justo antes de morir:
La penúltima entrada es "Café".
La última es "Mamá".
Debajo estaba escrita la frase "Te quiero mucho".
Sobre el texto @MaruBV13 hace las siguientes consideraciones:
—Título del texto.
—Intro de @MaruBv13 indicada en cursiva.
—El caballero parece dibujar o escribir en una libreta.
—Enlace a su entrada: https://conjurandoletras.com/2019/07/07/cafe-con-un-extrano/
—Enlace a la entrada de @AliciaAdam16: https://aliciaadam.com/2019/07/07/cafe-con-un-extrano-relato-corto/
Mil gracias a @MaruBv13 por la idea y por dejarme participar y a @AliciaAdam16 por dar otra visión del reto... no hay nada para una mente como alguien que la estimule.